Morena, ¿refugio de náufragos priístas?

Se sabe -y pocos dicen algo- respecto a la fuga de priístas. La credibilidad de Morena le comió el mandado a los partidos tradicionales, lo que ha provocado que afamados políticos del Revolucionario Institucional pasen de haber defendido a Enrique Peña Nieto a transformarse en maromeros ortrópteros para aplaudir a Andrés Manuel López Obrador y buscar llegar a las filas de Morena.

Este acto chapulinesco obedece a la falta de puestos políticos, dado el auge del morenismo a nivel nacional, entonces brincan del barco que se hunde para buscar la salvación en el partido que sí cuenta con futuro.

Morena debe hacer un ejercicio de crítica y una evaluación para impedir que los náufragos del desprestigiado tricolor se incorporen al movimiento, claro está que no tienen nada que hacer en la Cuarta Transformación, y que sólo buscarán convertir a Morena en un nuevo PRI con su vieja cultura de la transa y la corrupción.

El pragmatismo mostrado en 2018 ya no es necesario hoy, pues ya se está en control de 22 gubernaturas, se cuenta con mayoría simple en las cámaras del Congreso de la Unión, la presidencia de la república y una continuidad transexenal casi garantizada por los buenos resultados del gobierno de AMLO.

Los casos de conocidos priístas postulados por Morena en la corta historia del partido, dan fe de la poca o nula credibilidad que tienen los chapulines, como fue el caso de Marina Vitela en Durango o Clara Luz Flores en Nuevo León que se tradujeron en estrepitosas derrotas, el capital político de Morena ya no debe valerse de figuras conocidas de otros partidos, porque luego vienen las traiciones como las de Lilli Téllez en el Senado y Germán Martínez Cázares en el Instituto Mexicano del Seguro Social, que llegaron a sus puestos montados en AMLO y la ola ganadora de 2018, para convertirse en furibundos críticos de la 4T.

Los filtros para incorporarse a Morena deben ser endurecidos, porque los principios de un partido de izquierda que lo llevaron a convertirse en la primera fuerza política del país se encuentran en riesgo si se deja entrar a todos sin revisar sus antecedentes; que pasen del odio al presidente y su movimiento, a ser zalameros y aplaudidores de la transformación solo por conveniencia política debería ser un filtro infranqueable para cualquiera que se quiera incorporar; no mentir, no robar y no traicionar al pueblo son los requisitos más importantes para que el obradorismo trascienda en la historia de México.