El globo llamado Botarga X que jamás despegó

Se desinfló el mal llamado fenómeno Xóchitl, si es que alguna vez lo fue. La otrora nueva Virgen de Guadalupe, a punto de recibir un puntapié en su botargo trasero, con todo su trotskismo, su experiencia como vendedora de gelatinas. Sus ‘me apendejé’ al plagiar su titulación. Ya aburre, resulta hartamente desagradable.

Xóchitl se quedará con sus pendejadas y ocurrencias. Con su lenguaje florido y soez. Con sus diarreas mentales y su asnal inteligencia. Como protesta ante su inminente cepillado, ¿se va a encadenar en algún poste?, ¿va a disfrazarse de botarga de Fox?, ¿hará otro plagio?

Ninguna encuesta le da más allá del 15%, ya hasta un medio corporativo conservador la sitúa casi en el desplome, es decir en su realidad. Se han prendido las luces de emergencia en la rancia y estúpida oposición.

Ya sus mentiras y mitos no la sostienen. Xóchitl es cartucho quemado. Xóchitl es corrupta y plagiaria. Sin ideas ni proyectos. Su enorme y descontrolada boca, es su propia sepultura política. Así de sencillo, así de simple.

Xóchitl se hunde nomás abre su boca, sin conectarla con las dos neuronas que parece carecer. Esta pobre mujer, grotesca imitación de pueblo, prefabricada como candidata, mártir y virgen, abandonada por los que antes la alabaron, por los Krause y los López Doriga, ya sirvió para lo que la pusieron, perdón por el que la impuso como candidata de la imposición, nuestro presidente López Obrador. Y fracasó horriblemente. Vergonzosamente.

La Botarga X, la plagiadora de su tesis, la enriquecida por el tráfico de influencias, la millonaria empresaria de la corrupción, con casas chuecas por doquier, mentirosa patológica, indígena nomás de nombre y por usar huipil, a punto de ser cepillada por el nefasto Alito. Negada por Meco Cortez. Clauio X el junior ha fracasado una vez más.

Desatendida e ignorada por su jefe de campaña, el insignificante chillón Santiago Creel, que en su vida ha ganado nada. Tal parece que en vez de apoyarla, la quieren hundir, al sumarle a su campaña, a tipejos como Javier Lozano, el costal de pus, a mujeres grises y mediocres, corruptas a más no poder, la Margara de Felipe Calderón, cómplice del genocidio en el país, y la perdedora de la elección presidencial ante Peña Nieta, Josefina Vázquez Mota, que como premio de consolación, Peña Nieto le regaló mil millones de pesos que no ha reportado en que se los gastó.

Para acabar de joder a la botarga ex guerrillera, ex vendedora de gelatina, ex mejor ingeniera del país, cuenta con sus dos voceros, el racista, estúpido y odiador de Vicente Fox, su mentor intelectual de la Xóchitl. Y del genocida Felipe Calderón, quien con un cinismo verdaderamente obsceno pide elecciones limpias cuando él fue el mayor protagonista del fraude electoral para convertirse en un presidente espurio. Como vende patrias que es, como todos los de su calaña, exige la intervención de Estados Unidos en las próximas elecciones presidenciales del 2024, donde Claudia será la primera presidenta de México. El asesino y rata de Felipe Calderón lo vomita desde su nido de roedor en España. Con esa “clase” de voceros para qué quiere enemigos la patética botarga.

La apuesta es Marcelo. La oposición en la incertidumbre, esperando ver para dónde jala el otrora carnal de la cuarta transformación, ahora convertido en su acérrimo enemigo.

Marcelo va a decidir el futuro de Xóchitl Gálvez Ruiz, lo que el ex canciller razone va a finiquitar el futuro de la señora X. Al final la ex senadora se quedará sin empleo, expuesta en su corrupción y enriquecimiento ilícito. Quizá hasta con un proceso penal en su contra.

Marcelo es quien unirá a la derecha, a los priistas y panistas, al Movimiento Ciudadano. Marcelo en calidad de judas va en su solitaria guerra, va a encabezar un camino al abismo y suicidio político. 

Xóchitl es lo que es, un elemento desechable y será borrada de la vida política. Será el hasmerreir público y una vergüenza como mujer. A ver si se sigue riendo estúpidamente como acostumbra. A ver si tiene los suficientes “huevos” para asumir su ridícula y anunciada caída. Al tiempo y al Marcelo.