Xóchitl Gálvez de cabeza

El primer debate presidencial fue la confirmación del vaticinio de la hecatombe de la candidata presidencial del Revolucionario Institucional y de Acción Nacional, Xóchitl Gálvez Ruiz, que no solo no presentó un programa alternativo de nación, sino que se colgó de los programas sociales de la Cuarta Transformación, mismos que antes desdeñaba y criticaba, por considerarlos populismo y clientelismo electoral; no hay ofrecimientos nuevos, más allá de las ya conocidas tarjetas rosas utilizadas por el PRI y sus gobiernos, esas sí para comprar votos.

Era un desastre que muchos mexicanos vieron venir, dada la insustancialidad de la campaña de Gálvez, una campaña errática, más dedicada al estruendo y al denuesto que a las propuestas y la conexión con el votante, solo hay que hacer ruido, golpear y patalear, bailar, sonreír, decir disparates y majaderías, tratar de llamar la atención de los mexicanos de forma burda, como si la elección fuera un reality show chafa de Televisa.

La utilización de Andrés Manuel López Obrador por parte de la candidata del PRIAN ha sido reiterada desde antes y a lo largo de lo que va de la contienda, siempre se tachó, desde el cuatro de guerra de Xóchitl Gálvez, a Claudia Sheinbaum Pardo de ser una calca del Presidente, de estar ahí para hacer lo que AMLO diga, de no tener ideas más allá de lo que le dicte el “tirano de palacio”, pero ahora Claudia ya no es AMLO según Xóchitl y se refirió a la supuesta falta de carisma de la morenista.

Olvida la señora del huipil que las encuestas colocan a Sheinbaum a más de veinte puntos porcentuales de ventaja, cifra que se ha mantenido prácticamente inamovible desde que se mide a ambas postulantes y que tras el debate se mantiene incluso en las casas encuestadoras afines históricamente a la derecha mexicana y por ende a la panista Gálvez.

Decepción y desesperación deben sentir Claudio X González y los patrones del PRIANRD que impusieron a la ex senadora, tenían la esperanza de que se convirtiera en un fenómeno político, pero fue una llamarada de petate, no tiene fortaleza porque carecen de un proyecto viable para el país, solo ofrecen lo que ya fracasó, por eso a pesar de los ataques, las mentiras y los millones de pesos malamente invertidos en golpear al Presidente y a la candidata oficialista, no les han rasurado ni un miserable puntito en las mediciones, es más, los han fortalecido.

Claudia ofrece continuar la transformación, profundizarla, se debe a millones de mexicanos respaldados por su gobierno para vivir mejor, Xóchitl se debe a los que la pusieron en la candidatura, las élites que quieren regresar al régimen de privilegios que les perdonaba el pago de impuestos y les repartía contratos lesivos al Estado mexicano y a los más pobres de este país.

La 4T se consolida y va por el segundo piso.