Los ‘Alito’ Moreno y Salinas Pliego, la carroña ante la tragedia

En medio del dolor y la devastación que dejaron las recientes inundaciones en Veracruz y Puebla, una parte del país se moviliza con solidaridad, mientras otra —la más mezquina— aprovecha el sufrimiento para hacer política.

El empresario Ricardo Salinas Pliego y el dirigente del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, se convirtieron en los rostros de esa carroña política y mediática que intenta convertir la tragedia en arma arrojadiza.

El primero, burlándose con la frase “disfruten lo votado”; el segundo, publicando que “México está de luto y Morena guarda silencio”. Ambos, incapaces de ver más allá del odio, representan el reverso de la generosidad que el pueblo mexicano ha demostrado una y otra vez en los momentos más difíciles.

 
La verdad frente al odio
Durante su visita a las zonas afectadas, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fue víctima de una campaña de manipulación que buscó tergiversar un video en el que dialogaba con un joven que reclamaba la búsqueda de desaparecidos.

El fragmento —recortado y difundido maliciosamente por cuentas afines a la derecha— pretendía mostrarla “callando a la población”. Sin embargo, en el video completo se aprecia algo muy distinto: una mandataria que, en medio de la multitud, intenta explicar con serenidad que su gobierno no ocultará nada.

“Si ustedes ven todo el video —aclaró Sheinbaum— yo le estoy pidiendo al chico que me escuche, que me permita explicarle que no vamos a ocultar absolutamente nada. Le dije: permíteme tener toda la información y vamos a darla a conocer.”

Así desmontó, una vez más, el intento de la derecha de fabricar escándalos donde sólo hay diálogo y compromiso.

 
El contraste moral: la generosidad frente a la maldad
Lejos de responder con enojo, Sheinbaum apeló a lo más profundo del espíritu mexicano: la solidaridad. Recordó cómo, en Huauchinango, las personas damnificadas le ofrecieron comida a pesar de no tener casi nada.

“El 99 por ciento de los mexicanos tenemos algo muy especial: la generosidad. Mientras más humilde es la gente, más generosa se vuelve. De verdad, quita el aliento, saca lágrimas.”

La presidenta contrastó esa nobleza con la maldad y el odio de quienes usan las redes sociales para sembrar desprecio.

“Cuando uno ve a estos personajes, con este odio, esta malicia, no sé ni cómo calificarlo, es un contraste tremendo.”

 
La hipocresía empresarial
Uno de los momentos más contundentes llegó cuando Sheinbaum respondió a las críticas del magnate Salinas Pliego, quien aseguró que “los particulares ayudan mejor que el gobierno”. La presidenta no eludió el golpe, sino que lo devolvió con una verdad que retumbó en todo el país:

“Son mentiras. A ver si paga impuestos y con eso también se puede ayudar a más gente.”

Con esa frase, recordó lo que muchos mexicanos no olvidan: los millonarios adeudos fiscales del empresario con el Servicio de Administración Tributaria (SAT), litigios que durante años ha intentado evadir con influencias y recursos legales.

No hay mayor hipocresía que la de quienes se niegan a contribuir al país, pero reclaman desde sus lujos que el Estado “no ayuda suficiente”.

 
Dignidad frente a la saña
Sheinbaum no respondió desde el rencor, sino desde la empatía. Su mensaje final fue una reafirmación de su compromiso con las familias afectadas:

“Que sepa el pueblo de México que vamos a dar el alma, como siempre la damos, y que no estamos escatimando ningún esfuerzo ni apoyo.”

El contraste es claro: mientras unos se burlan del dolor ajeno y lucran con la tragedia, otros recorren el país para escuchar, abrazar y reconstruir.

En un México que vive una transformación profunda, la dignidad no se mide en burlas ni en trending topics, sino en la capacidad de acompañar al pueblo con sensibilidad y justicia.

Porque ante la carroña del odio, siempre hay una mayoría que resiste con generosidad.
Porque en este país, hay quienes se burlan del pueblo… y quienes caminan con él.