2025: AÑO DE LUCES Y SOMBRAS

Por mucho que el mundo tenga instinto para el mal y sea un caldo de cultivo para el genocidio, el holocausto, la esclavitud, el racismo, la guerra, la opresión y la injusticia, el mundo tiene un instinto aún más grande para la bondad, el renacimiento, la misericordia, la belleza, la verdad, la libertad y el amor. Desmond Tutu

Doy  inicio a esta reflexión con esta frase de Desmond Tutu que refleja la esencia de lo que hemos venido atestiguando en este año de 2025 en que, por una parte, una inoperante Organización de Naciones Unidas “celebra” 80 años de haber sido creada y, por la otra, el recrudecimiento de un genocidio que inició, precisamente, con la creación en 1948 de un enclave de poder militar en lo que solía ser la nación palestina y que serviría para favorecer los intereses del imperialismo británico que después de la II Guerra Mundial, sería heredado a las élites financieras en los Estados Unidos. Por la otra, por fortuna, hemos sido testigos también del admirable espíritu de solidaridad que han mostrado no sólo millones de ciudadanos alrededor del mundo que en número creciente salen a las calles a protestar por el horror del exterminio de todo un pueblo, sino por miles de activistas que han integrado flotillas y misiones de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, principalmente, y que han sido catalogados convenientemente como “terroristas” por parte de un ente eminentemente experto en actos de terrorismo y genocidio como Israel, para justificar su secuestro y encarcelamiento en aguas internacionales, otro de los delitos perpetrados por Netanyahu y su pandilla de asesinos. 

En relación con lo anterior, siempre es imprescindible dejar prístinamente claro que Israel no es una nación en el mismo sentido que lo es México, Colombia, España, China, Rusia, etc, sino una extensión del imperialismo-sionismo que no sólo financió a Hitler sino que ha derrocado gobiernos legítimos e impuesto dictadores brutales y que en el caso de Palestina, su intención siempre ha sido ejercer control absoluto sobre esa rica y estratégica región del planeta y, por ende, no sólo debemos condenar los actos genocidas de ese ente depravado llamado Israel, sino el patrocinio de aquéllos que lo hacen posible para favorecer sus propias agendas de expansión y dominio, especialmente USA Corporation y sus congéneres en Londres, París y Berlín.

Y en este contexto de luces y sombras, sin duda alguna, uno de los hechos que horroriza cada vez más a millones de ciudadanos en el mundo es que todo esto haya comenzado con la bendición de la ONU, que obedeciendo el mandato de quienes la han dominado desde su fundación y sin consultar en lo absoluto a los palestinos decidió despojar a ese pueblo del 57% de su territorio para crear, supuestamente, un “hogar” para el pueblo judío, algo que los acontecimientos han demostrado que fue una mentira atroz que sólo ha servido para mantener a ese ente depravado que cada vez es más repudiado a nivel global.

Durante décadas, mientras este despojo y maltrato brutal de los legítimos dueños de suelo palestino ocurría, la narrativa hollywoodense se encargó de fustigar al nazismo alemán por el terrible holocausto de millones de judíos por parte de un individuo como Hitler, financiado por cierto por las mismas élites que también auspiciaron la I Guerra Mundial. Aunque igualmente deleznable, la diferencia del holocausto alemán respecto del que hoy perpetra el sionismo-imperialismo a través de su matón a sueldo, Israel, es que en el caso de los nazis, no había grandes celebraciones ni feliz exhibición de los horrendos crímenes que cometieron contra el pueblo judío, pues siempre trataron de mantenerlos ocultos. En el caso de Israel, los propios colonos y la soldadesca festejan y difunden con entusiasta “orgullo” el salvaje asesinato de miles de niños, mujeres, ancianos que son bombardeados un día sí y otro también, además de ser privados de alimentos, agua y atención médica gracias al bloqueo que este ente criminal mantiene en la Franja de Gaza y los territorios ocupados aunado a la destrucción de hospitales y organismos de ayuda humanitaria. Esto es algo que coloca al genocidio israelí en otra dimensión y exhibe la malevolencia extrema que han llegado a alcanzar tanto Netanyahu y su cártel genocida como aquellos que los financian.

En este punto es pertinente recordar que el país vecino se formó con base en un genocidio contra los pueblos originarios que los colonos provenientes de Inglaterra, principalmente, llevaron a cabo con la justificación de que las tribus que habitaban todo ese territorio no eran “cristianos” y que ellos, los protestantes llegados en el Mayflower eran el “pueblo elegido” autorizados por Jehová para someter, despojar y aniquilar a los “infieles”. La misma narrativa que ostenta esa pandilla criminal encabezada por Netanyahu y sus financiadores tanto en USA Corporation y sus patrocinadores, los sionistas-imperialistas en Gran Bretaña, Francia y Alemania especialmente.

Actualmente, ante el secuestro de más de 450 activistas de la Flotilla Sumud, hemos atestiguado diferentes reacciones de los países cuyos ciudadanos fueron llevados a prisiones israelíes, entre ellos México, Colombia y también los Estados Unidos. No nos sorprende en lo absoluto que el desgobierno encabezado por el fascista bufón naranja Donald Trump, no haya movido un solo dedo para apoyar a los veteranos de guerra que valientemente se integraron a la Flotilla; sin embargo, existen diversas opiniones sobre el papel del gobierno mexicano que en casos como el bloqueo a Cuba, ha sido muy enfático en su exigencia de que se termine con ese brutal ataque contra esa hermana nación soberana, pero que en contraste, ha tenido una actuación bastante contenida (o tibia?) en relación con el genocidio en Palestina. Y si contrastamos esta reacción del gobierno de Claudia Sheinbaum con lo dicho y hecho por el presidente colombiano Gustavo Petro a quien, precisamente por esa abierta condena de Israel se le retiró la visa norteamericana, sí resulta un poco decepcionante lo que hasta ahora ha declarado y realizado la autoridad para apoyar a los 6 mexicanos agredidos por Israel. Aquí sí es menester tomar en cuenta que para quienes sabemos que Israel es una extensión del imperio en Medio Oriente, la situación del gobierno de México es bastante complicada no sólo por los más de 40 millones de mexicanos que habitan territorio estadounidense y que con sus remesas contribuyen significativamente a la economía nacional, sino porque nuestro país es el socio comercial más importante de la vecina nación. El cortar relaciones con Israel, en mi opinión, es virtualmente equivalente a cortar relaciones con USA Corp y eso es algo que generaría muchos más problemas que los que la 4T ha venido enfrentando. Creo firmemente que en cuanto alcancemos una completa independencia en todos los rubros, México estará en condiciones de adoptar posiciones más contundentes. Por otra parte, creo también que es el propio pueblo norteamericano el que debe de empezar ya a tomar las acciones necesarias para desterrar del poder al cartel criminal del que desde hace décadas ya sido víctima.

Por lo pronto, tendremos que seguir siendo los pueblos los que sigamos siendo un faro de luz y esperanza para un pueblo tan digno y valeroso como el palestino. El mundo sigue cambiando significativamente y hacemos votos porque la luz prevalezca sobre las sombras y la humanidad adopte la solidaridad, respeto y hermandad entre las naciones como la filosofía que impedirá nuestra propia destrucción. 

Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz. Benito Juárez