México no permitirá una intervención de EE.UU.

Otra vez, la oposición se quitó la máscara. Ante la incapacidad de reconocer los avances del país, algunos de sus voceros —fieles a su vocación entreguista— han llegado al extremo de pedir una intervención militar de Estados Unidos en México bajo el pretexto de “combatir al crimen organizado”.

Pero la respuesta de Claudia Sheinbaum Pardo fue tan clara como firme: México no permitirá una intervención extranjera. No somos colonia de nadie.

“No por eso se va a llamar a la intervención de Estados Unidos. La última lo que provocó es que nos quitaran la mitad del territorio. Nos pueden ayudar como vecinos, como socios, como pueblos hermanos, claro que sí, dentro de un marco de colaboración, sin subordinación. Pero se equivocan quienes llaman a la intervención de Estados Unidos en México: nosotros no somos colonia de nadie, somos un país soberano, independiente”, sentenció la mandataria.

La escena no deja lugar a dudas: mientras algunos suspiran por volver al pasado de rodillas, la Presidenta defiende la dignidad nacional con hechos y resultados.

 
Resultados que desarman la narrativa del miedo

Sheinbaum no solo habló con convicción: habló con datos.
En apenas trece meses de gobierno, su estrategia de “Atención a las causas y Cero impunidad” ha logrado una reducción del 37% en los homicidios dolosos, lo que equivale a 32 vidas salvadas cada día.

Además:

Se han detenido 37 mil generadores de violencia.
Se han asegurado 18 mil 981 armas de fuego.
Se han incautado cerca de 300 toneladas de droga.
Y se han desmantelado más de 1,600 laboratorios clandestinos.
Todo esto sin guerras absurdas, sin baños de sangre mediáticos, sin entregarle la soberanía a ningún país extranjero.

 
La diferencia entre el patriotismo y la sumisión

Mientras la derecha carroñera repite el discurso de siempre —“México necesita ayuda”, “el gobierno está rebasado”—, la realidad los contradice.
Los números no mienten: el país es hoy más seguro que hace un año, y por primera vez en décadas, el Estado mexicano recupera su papel como garante de justicia, no como promotor del miedo.

Sheinbaum lo deja claro: la cooperación es bienvenida, la subordinación no.
México no necesita salvadores extranjeros, necesita seguir fortaleciendo una estrategia que combina inteligencia, bienestar y soberanía.

 
La herencia de la 4T: soberanía con resultados

Desde López Obrador hasta Sheinbaum, la Cuarta Transformación ha trazado un rumbo distinto: un México que defiende su independencia frente a las presiones externas y que demuestra que la seguridad se construye con justicia, no con ocupaciones militares.

El país que una vez perdió la mitad de su territorio no está dispuesto a perder ahora su dignidad.

Y eso —en tiempos de entreguismo disfrazado de “preocupación por la seguridad”— es una victoria que vale tanto como las cifras.

 
México no se arrodilla. México se transforma. 🇲🇽
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