La última payasada de ‘Alito’: Calumniar a AMLO

En un nuevo capítulo de desesperación política, el dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, intentó montar otro espectáculo mediático al acusar que el expresidente Andrés Manuel López Obrador sería el supuesto “jefe del Cártel de Macuspana”.

La ocurrencia, más propia de un sketch de comedia que de la dirigencia de un partido político, fue respondida de inmediato por Luisa Alcalde, presidenta nacional de Morena:

“Por más inventos, ocurrencias y mentiras que propaguen, la gente sabe que el presidente AMLO fue quien transformó para bien la historia de este país. Por eso su legado vive y vivirá en el corazón del pueblo de México”.

El PRI: de partido de Estado a fábrica de calumnias
Con acusaciones sin sustento, Alito Moreno repitió la vieja fórmula priista: la calumnia como única estrategia política. “La infiltración del crimen organizado en el Gobierno de Morena se permitió desde los más altos niveles del poder”, declaró, buscando manchar la memoria del presidente más querido en décadas.

La respuesta de Alcalde fue tajante:

“El león cree que todos son de su condición”.

Morena responde: Alito, símbolo de corrupción y desesperación
La dirigencia morenista no se quedó callada. En un comunicado desde su cuenta en X, Morena señaló que Alito “a falta de proyecto, respaldo popular y autoridad moral, sólo le queda mentir, mentir y mentir”.

“Es un típico priista que solo sabe hacer política con dinero, transas y tráfico de influencias, que siempre recurrirá a la máxima de que la calumnia, cuando no mancha, tizna”, sentenció el partido guinda.

Alcalde agregó que resulta “increíble que uno de los políticos más corruptos y desprestigiados del país venga con esta cantaleta”, recordando que Alito enfrenta acusaciones graves por enriquecimiento ilícito, desvío de recursos y un historial de escándalos que lo persiguen desde Campeche.

Los hijos de AMLO, en la mira del montaje
El dirigente priista, en su intento de ganar reflectores, incluyó en sus acusaciones a los hijos de AMLO —José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo López Beltrán—, así como a Sergio Carmona y Mario Delgado como presuntos financiadores de campañas.

Sin embargo, como ocurre cada vez que Alito abre la boca, las pruebas brillan por su ausencia. Su credibilidad es tan endeble que incluso en el PRI muchos lo consideran el verdadero “sepulturero” del partido.

El tiro por la culata
La realidad es contundente: mientras Alito busca a toda costa revivir al PRI con calumnias y espectáculos mediáticos, la gente reconoce que AMLO transformó para siempre la historia de México. Su legado no se destruye con rumores, porque está cimentado en hechos: programas sociales, soberanía energética, aumento histórico al salario mínimo y una política económica que resistió al neoliberalismo.

El show de Alito es claro: sin proyecto, sin pueblo y sin autoridad moral, solo le queda el insulto y la calumnia. Pero como bien lo resumió Morena, “la mentira nunca vence al pueblo”.