Histórico: 71.5% aprueba a Sheinbaum

La estrategia de odio y desinformación contra Claudia Sheinbaum no sólo fracasó: se estrelló contra la realidad de un país que respalda, con fuerza y convicción, el proceso de transformación que encabeza.

De acuerdo con la más reciente encuesta nacional de Mitofsky para El Economista, la aprobación de la presidenta alcanzó el 71.5% en octubre, diez puntos más que hace un año. El dato confirma una tendencia: mientras la oposición grita, la gente confía.

A un año de haber asumido el cargo, siete de cada diez mexicanos avalan la forma en que Sheinbaum está conduciendo al país, un crecimiento que refleja tanto la continuidad del legado de Andrés Manuel López Obrador como la consolidación del liderazgo propio de la presidenta.

Apoyo más allá de las fronteras políticas

La encuesta muestra un fenómeno interesante: el respaldo a Sheinbaum no se limita a los votantes de Morena. Incluso en sectores históricamente menos cercanos, su aprobación es significativa.
Por ejemplo, ocho de cada diez trabajadores informales (81.6%) califican positivamente su gestión, mientras que entre los empresarios cinco de cada diez (52.4%) reconocen su desempeño.

Además, el respaldo trasciende colores partidistas. Durango (79%) y Coahuila (76.7%), entidades gobernadas por el PRI, se encuentran entre los 16 estados que superan el promedio nacional de aprobación. En otras palabras: el reconocimiento a la presidenta se extiende incluso en territorios donde Morena no gobierna.

Confianza en el futuro

La popularidad no es sólo por lo hecho, sino también por lo que viene. El 71.9% de los encuestados considera que el desempeño de Sheinbaum mejorará en lo que resta del sexenio, una señal de confianza ciudadana en la dirección que ha tomado el país.

Mientras la oposición multiplica los ataques y fabrica titulares para desacreditarla, la gente responde con apoyo, con esperanza y con hechos: la aprobación más alta registrada en lo que va de su mandato.

Un respaldo al rumbo del país

El 71.5% no es solo un número. Es la expresión de un país que apuesta por la continuidad del cambio, que entiende que la transformación no se detiene con ruido mediático ni con campañas de miedo.

Sheinbaum avanza con respaldo popular, con estabilidad y con un horizonte de confianza. Y eso, en tiempos de polarización y guerra sucia, vale más que cualquier encuesta: es legitimidad social en movimiento.