Con Godoy en la FGR, a temblar los corruptos del PRIAN

La transformación avanza también en los órganos encargados de impartir justicia. Este miércoles, la presidenta Claudia Sheinbaum celebró con firmeza la aprobación de Ernestina Godoy como nueva Fiscal General de la República, un nombramiento que —desde la visión del gobierno— abre la puerta a una etapa marcada por la coordinación, la integridad y el fin de los pactos de impunidad que durante años blindaron a los poderosos.

En su conferencia matutina, Sheinbaum no escatimó elogios para la nueva fiscal, a quien calificó como “una mujer extraordinaria, de principios, honesta y con convicciones”. Y no es adulación gratuita: Godoy tiene una trayectoria reconocida en materia de procuración de justicia, forjada con resultados en la Ciudad de México y sin los escándalos que ensombrecieron a otros fiscales del pasado.

97 votos y un mensaje político claro
Godoy llegó a la FGR con 97 votos en el Senado, un respaldo que no solo refleja consenso, sino también la urgencia de recomponer una institución que por años fue utilizada como arma política o como escudo para intereses oscuros. Su presencia, dijo Sheinbaum, garantiza profesionalismo y, sobre todo, integridad: “Es una gran profesional en su trabajo y lo realiza con mucha honestidad”.

Con la experiencia de haber sido fiscal capitalina, Godoy llega con conocimiento del territorio, de las redes estatales de procuración de justicia y de las resistencias que se deberán desmantelar para que la Fiscalía recupere credibilidad.

Autonomía no es aislamiento
Sheinbaum subrayó un punto clave: la autonomía de la Fiscalía no implica ruptura con el Ejecutivo. Significa que no hay interferencia política en sus decisiones, pero sí la posibilidad —y la necesidad— de una coordinación estrecha con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y con las fiscalías estatales.

“Queremos una mayor coordinación porque es necesaria para garantizar la paz y lograr mayor seguridad”, dijo la presidenta. Y su mensaje es claro: sin articulación institucional, la justicia se fragmenta; sin cooperación real, el crimen organizado y la corrupción encuentran resquicios.

Con Godoy al frente, se espera que esa articulación deje de ser una aspiración y se convierta en política de Estado.

Un relevo que redefine el rumbo de la FGR
El nombramiento de Ernestina Godoy no es un trámite administrativo. Es un viraje. Un mensaje de que la 4T quiere una Fiscalía que trabaje de la mano con las estrategias de seguridad, que no actúe como feudo personal ni como coto de poder, y que esté comprometida con la justicia para todos, no solo para los privilegiados.

Para Claudia Sheinbaum, la llegada de Godoy abre una nueva etapa: una FGR honesta, cercana a las víctimas y libre de las sombras que la persiguieron en años recientes.

Con este relevo, el Estado mexicano manda una señal inequívoca: la justicia deja de ser botín para convertirse en herramienta de transformación.