Los jóvenes están con la Transformación de México

La Plaza de la Constitución volvió a ser escenario de una concentración multitudinaria este fin de semana. Más de 600 mil personas se congregaron en el corazón del país para conmemorar los siete años del inicio del movimiento conocido como la Cuarta Transformación, en un acto encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum.

A diferencia de otras movilizaciones recientes, la presencia mayoritaria de jóvenes no pasó desapercibida. Desde tempranas horas, grupos estudiantiles, colectivos juveniles, familias y ciudadanos comenzaron a llenar las calles aledañas que desembocan en el Zócalo, formando filas de contingentes que arribaron con pancartas, consignas y banderas.

Al tomar la palabra, Sheinbaum resaltó la participación de las nuevas generaciones y subrayó que la juventud mexicana respalda en su mayoría el rumbo político iniciado en 2018. Recordó que ese año marcó un punto de quiebre en la historia democrática del país, al dar paso —dijo— a una nueva etapa de vida pública caracterizada por la separación del poder económico y el poder político, una decisión equiparada por la mandataria con momentos históricos como la separación Iglesia-Estado en el siglo XIX.

“Nos encontramos una vez más donde tantas veces hemos defendido la democracia, las libertades, el petróleo, nuestros recursos naturales, la soberanía y el bienestar del pueblo de México”, expresó ante una plaza colmada que respondió con aplausos y consignas al final de cada intervención.

La presidenta afirmó que México pasó de un sistema dominado por una élite a una democracia más incluyente, donde las decisiones públicas se orientan, según sus palabras, al bienestar de la mayoría, particularmente de los sectores más desfavorecidos.

El evento también generó inevitable comparación con la denominada “Marcha de la Generación Z”, convocada días antes por grupos opositores bajo la premisa de ser un movimiento juvenil. Sin embargo, la presencia de jóvenes en aquel acto fue limitada y la mayoría de sus asistentes correspondían a sectores de mayor edad, situación que fue ampliamente evidenciada en redes sociales y coberturas periodísticas. La baja convocatoria y la falta de representación juvenil real la convirtieron en un ejercicio fallido de convocatoria generacional.

En contraste, la concentración en el Zócalo evidenció una participación juvenil significativa y visible, no solo en número, sino en organización y discurso. Entre los asistentes se observaron estudiantes universitarios, jóvenes trabajadores, colectivos culturales y activistas que aseguraron sentirse identificados con el proyecto de transformación iniciado hace siete años.

“Estamos aquí porque somos parte del presente y del futuro de México”, comentó Andrea, estudiante de 21 años proveniente del Estado de México. “No es una marcha armada, venimos por convicción”, añadió.

El acto transcurrió de manera pacífica y concluyó con un mensaje de unidad nacional, en el que Sheinbaum hizo un llamado a preservar los principios de soberanía, democracia y justicia social que, afirmó, dieron origen al movimiento que hoy gobierna el país.

Una vez más, el Zócalo se confirmó como el principal termómetro político de la nación, un espacio simbólico donde convergen las voces que buscan influir en el rumbo del México contemporáneo, y donde, al menos este día, la juventud mostró una presencia contundente en el debate público nacional.