
Una historia de fantasmas, sin fantasmas
Y no todo estaba perdido.
Podía respirar, sentir, ver con dificultad.
No siendo consciente del todo, ahí estaba.
Éramos, somos, seremos, hermanos míos; un consuelo, factura del tiempo. Cenizas en la tierra. Almas empedernidas buscando crear e imaginar lo que nadie figura. Lo que se cuenta en los libros, en los mitos, en los sueños.
Somos el consuelo de almas que no supieron qué hacer, somos vestigios nuevos, albergando vida; una y otra y otra vez.
Seremos el último aliento de algunos, la esperanza de pocos, la salvación propia que llega en la claridad del vacío.
¡Créeme!, pues he estado en el peldaño del caos, créeme que no es el fin. No hay absolutos, no hay nada más que ganas de seguir, desgastar la máquina y volver a creer en la magia.
Magia; palabra sin sentido y ¡tan certera!
Ahora entiendo todo, viejo. ¡Ahora entiendo todo lo que querías decir, sin decir, nada!
¡Hasta la próxima vida, que hoy ya significa una victoria!
Espacio Libre México
Tasa de 27 homicidios por cada 100 mil habitantes en la capital de EE. UU. y de 10 en la de México
Con la extradición de ‘La Tuta’ a EE. UU.
Convoca a sesión ‘extraordinaria’
Vive en México, no en España
Ah, pero la mentira…