México, Colombia y Venezuela lideran el fin de la hegemonía de EE. UU. en América Latina

El incremento de relaciones comerciales con China y el apoyo militar de Rusia en el Mar Caribe fortalecen el creciente liderazgo de naciones que defienden su soberanía y dignidad

Internacional19/11/2025 Patricia Barba Ávila
IMPERIO

Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miserias en nombre de la libertad.             Simón Bolívar (Angostura, Venezuela, febrero 1819)

Hace ya poco más de 200 años cuando el Libertador de América Simón Bolívar pronunció este histórico discurso en la población de Angostura, Venezuela en el marco de la gesta independentista emprendida para liberar a las naciones latinoamericanas de la injerencia imperialista y conformar así la Patria Grande.

 

Y fueron justamente Venezuela y Colombia dos de las naciones que conformaban esa cara aspiración de Bolívar quien de manera visionaria ya preveía lo que en 1823 se conocería como la Doctrina Monroe y los principios del “destino manifiesto” cuya esencia era América para los ‘americanos’. Porque prácticamente desde que las 13 colonias independizadas del imperio inglés conformaron los Estados Unidos de América, se inició una política expansionista en gran medida empujada por la creencia en la excepcionalidad de los colonos protestantes provenientes de Inglaterra que sostenían ser parte del “pueblo elegido” destinado a “civilizar y cristianizar” a los herejes salvajes que habitaban el territorio de Norteamérica. En consecuencia iniciaron una guerra de despojo y exterminio de todos esos pueblos originarios.

 

Como sabemos, tras décadas de latrocinio de los inmensos recursos venezolanos por parte del imperio, finalmente Hugo Chávez Frías inicia una nueva era con políticas nacionalistas y fundamentadas en la filosofía bolivariana para promover el bienestar del pueblo, afectando los intereses de las codiciosas corporaciones petroleras, principalmente que son, entre otras, las que realmente ostentan el poder y dominan la política interna y externa del vecino país. En la arena internacional, el presidente Chávez estableció fuertes lazos políticos y comerciales con las naciones fundadoras de BRICS, lo que enfureció al cártel corporativo imperial. En lo que respecta a Colombia, tras una serie de gobiernos entreguistas y sometidos al injerencismo de USA Corporation, finalmente llega a la presidencia Gustavo Petro, un humanista nacionalista que ha iniciado una política interior que busca el bienestar popular y la soberanía de esa hermana nación junto con una postura internacional que promueve el respeto de los derechos de pueblos como el Palestino y la defensa del medio ambiente. El discurso inaugural de la IV Cumbre de CELAC en Colombia fue enfático en la relevancia de continuar con la integración de la Patria Grande latinoamericana y el fortalecimiento del multilateralismo.

 

Por otra parte, desde que el proyecto conocido como la Cuarta Transformación se estableció en México en 2018 con el triunfo aplastante de Andrés Manuel López Obrador y la continuidad bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum, la política interior fundamentada en el lema “por el bien de todos, primero los pobres” ha afectado los intereses de la oligarquía trasnacional, mientras que la postura internacional mexicana de la no intervención y respeto por la soberanía de las naciones, ha enfurecido al imperio que no ha cesado en sus embates contra el gobierno de México, cuya fortaleza dentro y fuera de sus fronteras le ha permitido prevalecer pese a la furibunda embestida del oligárquico gobierno vecino. 

 

En realidad y pese a que México es el principal socio comercial de los Estados Unidos, ha emprendido una política nacionalista con lo que se conoce como el “Plan México” que busca la independencia y soberanía energética, alimentaria, tecnológica y política y ha venido ampliando relaciones, principalmente comerciales, con los países de BRICS. Y es que el actual gobierno entiende que la hegemonía imperial que durante la guerra fría dominó el panorama internacional, ha venido disminuyendo y dicho declive se ha acelerado bajo la errática administración de Donald Trump, que ha aumentado el desprestigio del gobierno que representa debido a su caótico comportamiento y decisiones carentes de seriedad y una estrategia clara y acorde con el derecho internacional que han tenido un efecto boomerang afectando, principalmente, a los propios ciudadanos y a las empresas de aquél país.  Este resultado negativo hacia la política estadounidense se recrudece por el enorme descrédito y la indignación generados por el apoyo que USA Corporation (el verdadero poder político y económico en la vecina nación) ha brindado al genocidio sin precedentes que la base militar, no país, llamada Israel, ha venido llevando a cabo contra el pueblo palestino. Y todo este repudio global ha desatado el recrudecimiento de una Doctrina Monroe que a 200 años de haber surgido, se topa con un entorno mundial completamente distinto del que imperó en los siglos XIX y XX, en el que el papel del bloque BRICS ha sido fundamental para el impulso del un esfuerzo concertado anti-imperial y anti-colonialista que cuenta con el consenso de cada vez más naciones.

 

En virtud de lo anterior, estas intentonas de debilitar gobiernos progresistas y altamente populares como el mexicano, el colombiano y el venezolano, principalmente, se han topado no sólo con una fuerte resistencia de los pueblos de estas naciones hermanas que apoyan la defensa de su soberanía, sino con el claro respaldo de países poderosos como el de la Federación Rusa, que ha estacionado buques de guerra en el Mar Caribe, cerca de costas venezolanas y ha enviado especialistas para apoyar la defensa de la Revolución Bolivariana. Por otra parte, este país sudamericano cuenta con una sólida alianza con la otra gran potencia, China, que ha venido realizando inversiones millonarias en el fortalecimiento de la industria petrolera venezolana PDVSA. En suma, lo que hace mucho más difícil la tan cacareada invasión gringa a territorio venezolano, además de las circunstancias aquí citadas, es la abierta oposición y condena del injerencismo imperial por parte de un creciente número de naciones tanto en América Latina como en Europa y Asia. 

 

El imperio continúa perdiendo influencia y si bien es cierto que todavía cuenta con el suficiente poder para generar inestabilidad, guerras y devastación, sus embestidas injerencistas son una clara señal de desesperación ante el creciente multilateralismo y el consecuente declive de la enorme influencia que ostento en el pasado. El Libertador cabalga nuevamente en Latinoamerica enarbolando la bandera de la Patria Grande.

 

 Todos los pueblos del mundo que han luchado por la libertad han exterminado al fin a sus tiranos. Simón Bolívar

Te puede interesar

Espacio Libre México

Lo más visto

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email